Posted in Festividades Celtas

CELEBRACION DE MABON
HEMISFERIO SUR

Equinoccio de otoño… fin de la cosecha.

La festividad de Mabon (pronunciado MAY-bun) es también llamada Fiesta de la Cosecha, Día del Banquete. También se conoce como Fiesta de la vendimia, fiesta de Avalon, Equinozio di Autunno (Strega), Alben Elfed (caledonios). Los Teutones lo llamaban Búsqueda del Invierno. El mes de Septiembre era conocido en la cultura celta como Haleg-Monath, literalmente, el Mes Sagrado, donde se ofrecían libaciones a los árboles de los bosques. También se conoce como Chung Chiu en china, fiesta que marca el final de la cosecha del arroz; el Succoth, festival judío de la cosecha, coincide con Mabon; se llamaba Fiestas Dionisiacas, en Roma, para celebrar la cosecha de la uva y se celebraba bebiendo vino del año anterior, tanto como pudieras aguantar antes de caer borracho al suelo.

Se cree que el nombre de Mabon deriva de Mabon ap Modron, un dios consorte galés, un equivalente a Cerunnos. Otros dicen que, al ser el portador del otoño, podría vérsele como una versión masculina de la Perséfone grecolatina.

Astrológicamente, Mabon es el momento del año en que el Sol entra en el signo de Libra y el día y la noche igualan su duración.
En Mabon celebramos, principalmente la abundancia y el equilibrio. Es tiempo para celebrar y agradecer la abundancia y generosidad de la Tierra, la Diosa (el principio femenino) y la luz y la energía del Sol (el principio masculino). Gracias a ese equilibrio universal obtenemos todos los bienes y es el momento de festejarlo.

El día y la noche son de igual duración pero el equilibrio se inclinará hacia el invierno, la oscuridad, inactividad y la decadencia. Es el equinoccio de otoño, es la terminación de las cosechas iniciadas en Lughnasadh. Nos preparamos para la ausencia del Dios. Están igualadas las fuerzas masculinas y femeninas de la Naturaleza.

Es el segundo festival de la cosecha, la recogida y el almacenamiento del maíz: el fin de la cosecha. La segunda cosecha afecta a la fruta del invierno y la uva. Poco a poco la naturaleza se prepara para el invierno que se acerca y comienzan a caer las hojas, es un tiempo de descanso y recogimiento. Como las hojas que caen, los árboles nos invitan a desprendernos de aquello que nos es innecesario para continuar, nos acercamos a la etapa de la muerte para volver a renacer. Celebrar los bienes que nos otorga la Madre Naturaleza es algo inherente a todas las religiones y a todas las culturas, una esas coincidencias ancestrales que vienen desde la raíz de los tiempos. Una buena cosecha era algo crucial en los tiempos antiguos porque de eso dependería la supervivencia del pueblo o tribu durante el invierno.

Se celebra con la familia y la comunidad los dones de la Madre. Es la festividad donde damos gracias por las cosechas del año. Por otra parte, recordemos que estamos entrando en la mitad oscura de la Rueda del Año, el Dios viaja hacia las Sombras (que culminará en Shamain) y damos la bienvenida a la Diosa en su faceta de Anciana. Ahora es el momento para hacer trabajos mágicos que tengan que ver con lo interior, con el viaje hacia dentro de uno mismo.
Los rituales pueden celebrarse con la cara pintada de blanco y negro, en medio de un círculo, bailando la danza sagrada de la espiral de la vida. Al amanecer, se recibe la salida del Sol. No deben celebrarse hechizos o trabajos, no tendrían la luz suficiente para que saliesen bien.
El Dios se prepara para morir y la Diosa pasa a ser la Anciana pero, en su interior, ya es la Doncella y lleva la semilla del Dios, que renacerá en Yule. Celebra la naturaleza dual de la vida y la muerte. Pasado y futuro están unidos.

Es tiempo de descanso, reflexión y celebración. Nos preparamos para el frío invierno. Buen momento para el estudio de hierbas, la meditación y la introspección. Tiempo de equilibrio y cambio.

Los que honran al sauce llorón como representación de la Diosa y la muerte, cortan sus varas antes de Mabon. En las culturas germánicas se ofrendaba harina a Odín, dejando que el viento se la llevara.

Mabon es considerada una época de los Misterios. Es un momento para honrar a las Deidades Mayores y el Mundo Espiritual. Considerado como un momento de equilibrio, es cuando nos paramos a descansar y disfrutar de los frutos de nuestra cosecha personal, ya se trate de trabajos en nuestros jardines, trabajando en nuestros puestos de trabajo, elevando nuestras familias, o simplemente haciendo frente a la vida cotidiana vida.

CORRESPONDENCIAS

Hierbas: Rosa, salvia, ciprés, avellano, maíz, álamo, calabazas, piñas de pino, manzanas, hiedra, benjuí, mirra y salvia, nardos.
Inciensos: Salvia, incienso puro, canela, ciprés, sándalo, pino, enebro, madreselva, mirra, benjuí.
Colores: Rojo, anaranjado, marrón, oro, ocre, amarillo, café, verde, dorado.
Comidas: Manzanas, nueces, pan, granos, frutas y verduras, maíz, calabazas, uvas, legumbres, carnes rojas, jarabe de moras, pan, granadas, galletas de avena.
Bebidas: Vino tinto, zumos de frutas rojas, sidra.
Piedras: Zafiro, ágatas amarillas, lapislázuli.
Velas: Verdes, marrones y azules, o de cera virgen.
Velas para el festín a la mesa: naranjas y burdeos.
Ofrendas: Productos de la tierra: patatas, maíz, moras, flores de girasol, hojas caídas…
Mantel: color oscuro que simbolice tinieblas y el reposo de la Diosa.
Hora del día: Atardecer.
Animal: Cuervo.
Naturaleza: Tierra, Luna, oscuridad.
Propiedades: Equilibrio, agradecimiento, celebración, tolerancia, cosecha, reflexión.
Diosas: Core, Demeter, Modron, Morgan, Epona, Rihannon, Perséfone, Pamona y las Musas
Dios: Mabon, Cernnunos, Thoth, Thor, Baco, Odín, Hermes, y El Hombre Verde.
Mensaje: Comparte. Los Dioses nos dan mucho y piden poco a cambio.
Decoración del altar: Cuerno de la abundancia lleno de fruta de campo y bosque. Bellotas, piñas de pino y ciprés, tallos de trigo, figura de vaca con cuernos (Diosa), uvas, espigas, frutas, nueces, hiedra, calabazas, maíz, manzanas, flores de tonos óxidos, una vela blanca y otra negra para simbolizar el equilibrio del año, ramas de roble, hojas de otoño. Cesta de mimbre con frutos dentro como manzanas, y algunos frutos secos, como nueces, avellanas o bellotas, añadiéndole por encima algunas hojas o tallos de trigo, avena, cebada. Si quieres adornar el altar con flores, hazlo con las flores de la estación, como los nardos.

¿QUÉ HACER?

• Caminar por lugares salvajes.
• Recoger plantas y semillas para usarlas de decoración o para trabajos mágicos con hierbas.
• Utilizar la magia para el desarrollo.
• Trabajar con sueños y meditación.
• Descubrir vidas pasadas.
• Honrar a los antepasados y contactar con ellos.
• Limpiar instrumentos mágicos pasándolos por el humo de madera de salvia y cedro quemándose.
• Deshacerse de malos hábitos.
• Hacer zumos y mermeladas caseras.
• Pisar la uva o que haya vino.
• Hornear pastel de calabaza con especias en honor a la Diosa y beber vino, zumo de uva o sidra en honor del Dios.
• Empezar labores de lana para abrigarse.
• Decorar la casa y el altar con hojas secas, pegandolas al cristal de la ventana.
• Plantar bulbos que crecerán en primavera.
• Pasar tiempo con ancianos y gente que no se ve a menudo,
• Donar ropa y comida.
• Empezar a planificar el invierno.
• Recolectar frutos del bosque y/o almacenar frutos secos.
• Reordenar, limpiar y abastecer nuestro armario mágico.
• Hacer muñecas de espigas de trigo para capturar el espíritu de la cosecha cuando salta de la última gravilla de trigo cortada. Llevar la muñeca con gran ceremonia a una granja y guardarla en un lugar seguro hasta que la cosecha del año próximo brote y empiece a crecer.
• Homenajear las estaciones conservando sus frutos.
• Ofrendar una copa de jarabe de moras hecho el pasado Mabon.
• Descubrir una nueva afición, aprender algo nuevo, leer libros…
• Cuidar de los animales y comprar maíz para las ardillas.
• Dar gracias por el hogar, el jardín… y agradecer a los que nos ayudan.
• En la comida, contar anécdotas sobre los difuntos de la familia. Brindar por ellos, por los viejos tiempos, por la sabiduría que aporta Mabon. Cada comensal elabora un plato, luego se narra una historia sobre cada plato. al acabar, se da gracias a los que aportaron relatos y recetas. Antes de empezar a comer, cogerse de las manos diciendo. “Mano a mano el Círculo está formado”.
• Celebrarlo en familia. Juntarse haciendo un círculo, en contacto los unos con los otros, simbolizando el poder del Dios y la Diosa.
• Adorar al Hombre Verde y ofrecerle libaciones donde él reside.
• Dar ofrendas de gracias a los espíritus de la Naturaleza, echando sidra de plantas recién cosechadas o un poco de compost para el jardín.
• Confeccionar coronas de hojas de encina con bellotas incluidas como símbolo de abundancia y prosperidad.
• Vestir de gala, usar copas de cristal, porcelana china y cubertería de plata para crear la magia que otorgue abundancia para la próxima cosecha.
• Meditar sobre la prosperidad en la vida.
• Preparar incienso de Mabon:
-4 partes de madera de avellano
-1 parte de hojas de salvia
-1 parte de petalos de girasol
-1 parte de hojas de vid
-10 gotas de aceite esencial de manzana

Cuando este se produce la naturaleza decae y va disminuyendo su generosidad, es notoria su preparación para el invierno y la llegada de su tiempo de descanso. Los árboles se despojan de sus hojas, mostrándonos lo bueno, e invitándonos, a deshacernos de todo lo viejo y caduco. Es uno de los mejores momentos para concentrarse y pensar en la vejez, y en su consecuencia principal, la muerte, pero no de forma dramática sino siendo conscientes de que para renacer hay que morir antes.


El Ritual de Mabon

Da una caminata por un bosque, jardín o parque y recolecta hojas secas, trata de seleccionar aquellas por las que sientas atracción, ya sea por su belleza en colores o por su forma. Puedes coger frutos de arboles caidos en el suelo, como bellotas, ramitas caidas, trozos de cortezas o raices. También puedes coger plumas de aves que han hecho la muda durante el verano.

Antes para en una frutería y compra una pera o una fruta de temporada que tenga pepitas, esto es imprescindible para completar el ritual. En el mismo parque o ya en tu casa, puedes comenzar el ritual.

Caminando en el sentido de las agujas del reloj, sentido horario, deja caer las hojas al suelo formando un círculo. Siéntate en el centro del círculo y mientras te comes la fruta con calma, medita acerca de la vejez y la muerte, reconoce que son dolorosos y tristes momentos, pero necesarios para un posterior renacimiento. Piensa seriamente que nuestra existencia es heredera de todo aquello que hemos sembrado. Nos pertenecen los frutos de nuestras buenas acciones y los de las malas.

Al terminar con la meditación toma una o dos semillas de la fruta que te has comido y plántalas en una maceta de tu casa o en el bosque donde estés, ya que el ritual puede hacerse al aire libre.

Para este día son buenos los inciensos de ciprés, sándalo, pino y enebro. Los colores más representativos y con mejores energías serán el café, verde, anaranjado, rojo, dorado, marrón y amarillo. Puedes perfumar tu casa con alguno de estos aromas y vestir o decorar el hogar con los colores que más favorecen este momento, no sólo si estás dispuesto al realizar el ritual.

Fuentes de nuestras hermanas:

hijasdelatierra.es
wiccaspain

Felíz Mabon!!!

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